domingo, 18 de enero de 2015

RESILIENCIA

Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen las zonas dañadas rellenando las grietas con oro.
Ellos creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia bonita, se vuelve más hermoso reparándolo.
El arte tradicional japonés de la reparación de la cerámica rota con un adhesivo fuerte, rociado luego, con polvo de oro, se llama "Kintsugi".
El resultado es que la cerámica no sólo queda reparada sino que es aún más fuerte que la original.

En lugar de tratar  de ocultar los defectos y grietas, estos se acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la pieza.
Kintsukuroi, es el término japonés que designa al arte de reparar con laca de oro y
plata, entendiendo que el objeto a reparar es más bello por haber estado roto.

Llevemos esta imagen al terreno de lo humano, al mundo del contacto con los seres que amamos y que, a veces, lastimamos o nos lastiman.
¡Cuan importante resulta el enmendar!
Cuánto, también, el entender que los vínculos lastimados y nuestro corazón maltrecho, pueden repararse con los vínculos dorados del amor, y volverse más fuertes.
La idea es que cuando algo valioso se quiebra, una gran estrategia a seguir, es no ocultar su fragilidad ni su imperfección, y repararlo con algo que haga las veces de oro: fortaleza, servicio, virtud....

"La prueba de la imperfección y la fragilidad, pero también de la resiliencia - la capacidad de recuperarse- son dignas de llevarse en alto"