jueves, 22 de octubre de 2020

Viviendo en Zahara..








... Hace dos meses ya, y seguiré aquí el tiempo que el Universo me otorgue.. 

Nadie se sale del "camino". Nunca. Es nuestro ego el que ve caminos "buenos" y "malos", "correctos" o "incorrectos", "positivos" o "negativos", "espirituales" o "no espirituales"... Al ego espiritual le duele reconocer que TODO es espiritual, en todo momento y en todo lugar. Todo es una parte de la experiencia, todo es parte de la Fuente. Sin distinciones.


Cuando juzgo el camino del otro por no ser el que a mí me gustaría que recorriera, lo único que estoy haciendo es mostrar mi inseguridad y mi necesidad de controlar aquello que no puede ser controlado. ¿Te suenan las siguientes frases?:


- Esa persona no es "espiritual".

- Esa persona se está desviando del "camino".

- Esa persona "no es de luz".

- Esa persona no entiende la "espiritualidad".

- Esa persona es una "ignorante".

- Esa persona no debería ser "así".


Perdemos de vista que tal vez esa persona necesite de esa experiencia o en este momento no lo sepa hacer de otra manera. Sin embargo, nuestro ego espiritual siempre está al acecho para sacar el dedo acusador y señalar lo que es "incorrecto". Esa necesidad de imponer la "verdad" no es más que una muestra de nuestra inseguridad, de nuestros dogmas. Y nos incita a estar en guerra mental con aquellas personas que no siguen nuestro camino o nuestro modo de pensar, en lugar de estar centrados en aquello que pueda mejorar nuestra vida y la del conjunto.


Muchas veces, la única guerra está en nuestra mente. En nuestros juicios. En nuestra creencia en la imperfección y en la necesidad de que los demás cambien. Nos centramos en los demás y nos olvidamos de nosotros mismos. Enarbolamos la bandera de la "paz" y no nos damos cuenta de que es nuestra mente la primera que vive en guerra, dividida en bandos (luz-oscuridad, buenos-malos, espirituales-no espirituales), intolerante ante otros caminos, ansiosa por imponer la "única" verdad. Igual que ha ocurrido a lo largo de la historia reciente de este planeta...


Reflexiona y sopesa si tu "espiritualidad" te está dirigiendo a una nueva guerra o a un nuevo mundo. Al enfrentamiento o a la paz. A la imposición o a la tolerancia. A la división o a la comprensión. Al juicio o al amor... Si realmente eres portador de una nueva conciencia, esta siempre te llevará hacia la paz.

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J López Alhambra